Nebuloso es el camino y el sendero de mi fe, que hoy lo veo esclarecer por mor de tu luz divina,
En ti siempre creeré, pues ejemplo diste en vida, con tu bondad y entereza y con tu forma de ser.
La dura ley de la vida, nos robó una noche a ultraje,
A nuestro ser más querido y matriarca más grande,
Más de una vez me dijeron, ¡Torres más altas cayeron!,
Yo aposté por tu coraje.
El cariño recibido de un modo tan verdadero,
Crea lazos protegidos, entre tu vida y la nuestra,
Entre la tierra y el cielo.
Creadora de amplio linaje, sin obviar la mención,
Que si he de describirte, más descriptible serías,
Por tu coraje y valor.
María es una semilla, que por arterias maternas,
Corre en la sangre y se adentra
Muy dentro del alma mía.
Es huerto donde se siembra, el fruto de la alegría,
Actos de buena conciencia y que nada a cambio espera,
Nada quiso para ella.
Tus besos….. tu cariño…las huellas de tus abrazos,
Que hicieron fuertes los lazos que a ti me tienen unido,
Desde que era un chiquillo.
Por eso te digo abuela que……
Llevo un galón en mi pecho
Y lo muestro con orgullo
Pregonando al descubierto,
Que yo soy un nieto tuyo.
Tengo un trocito de gloria,
En tus recuerdos de seda,
Y tatuado en mi memoria
Las historias de mi abuela.
María, sufridas manos,
De tanto lavar de niña,
Es la divisoria línea
De lo divino y lo humano.
María, la de la choza,
La que su techo tejaba,
Azucena o amapola,
Ella nunca se quejaba.
Con los reaños que incluso antaño,
Sólo era don para elegidas,
Y la lucha por bandera,
Fueron pasando sus días.
En tu alma la transparencia,
Y tu conciencia impoluta,
Que no habrá Dios que discuta,
Tu divina proveniencia.
Dios te salve María,
Madre, abuela y señora,
Fuerza, verdad y vida,
Y una persona ejemplar,
Cuyo talante y raza,
Nos llevó a la confianza,
De que eras inmortal;
Llena eres de gracia
Y perdón no necesitas,
Dentro y fuera de tu casa,
Eres la luz divina,
Y la estrella deseada,
Te habla un fruto de tu vientre,
De tu numerosa estirpe,
Y todos quieren decirte,
Que te adoran y te quieren,
Eres la rosa de abril,
De un jardín en primavera,
Un suspiro de jazmín,
Del azahar su semilla,
Por siempre serás y eres,
Bendita la más bendita,
De entre todas mujeres
De este reino de Sevilla.
Te marchaste sin mi adiós,
Te marchaste sin mi beso,
Y es algo que me desquicia,
Aunque quizás sea un error,
Andar buscando justicia,
En un injusto universo.
El coraje y tu alegría es el legado que tengo.
La llama en tu luz divina, será camino y sendero,
María lazos de vida, y ahora, reina en tu cielo.
!!!PERO QUE COSA MAS BONITAAAAAAAAA!!! SE ME HAN PUESTO LOS PELOS DE PUNTA JOSE!! NO PUEDO NI DESCRIBIR COMO ME HE SENTIDO AL LEER TUS PALABRAS! UN BESO!
Se fue hermano, y no hay mejor beso o despedida que este trozo de tu inmenso corazón que hoy compartes con nosotros.
Vive en nuestro recuerdo, y ahora también en tus letras.
Que hermosas palabras que ternura al cielo con ella subiran y muchas bendiciones te dara.felicidades por tan buen poema y expresion con sentimiento escrito