– Entre el abismo y la nada
– Vivirán los que no luchan,
– Inmune a las sensaciones,
– Espectadores de una vida única,
– Sin más gloria que la pena callada.
– Nunca empuñaste la espada,
– Parece enemigo invisible
– De carácter apacible,
– Pero te ahoga hasta el alma.
– No podemos unir fuerzas,
– No es batalla colectiva
– Es un duelo cuerpo a cuerpo
– Y dos no tienen cabida,
– Solo uno saldrá con vida.
– No busques a tu enemigo
– En los errores ajenos,
– Si quieres ver su silueta,
– Búscala frente a un espejo.
– Siempre está en el candelero,
– Alardea de ser reina
– Victoriosa en mil batallas
– No hay sangre, pero si heridas
– De libertad coaccionada.
– En el puñal de su ira
– Tu inocencia no hace mella,
– Conoce tu lado débil
– Esa siempre, será su puerta.
– Si en el río del pasado,
– Aún permanecen anclados
– Las frustaciones de otros,
– Deja que el agua corra
– Y se convierta en lodo.
– Quizá no tenga corona
– Posada sobre sus sienes,
– Pero si un trono de mármol
– En el altar de tus miedos
– Acaba con la tediosa espera,
– Que nunca hubo,
– Victoria más verdadera
– Que enfrentarse a uno mismo,
– tú, contra ti…
– Yo contra mi mismo.